Estuve muy ocupada y además estuve sin canevá por casi un mes, gravísimo.
Bueno, el 10 de febrero fue mi cumpleaños número 32. Mis tías (en representación de sus esposos, también) no sabían qué regalarme y les pedí un libro sobre tapices o algo así. Me ofrecí a comprarlo yo misma porque ya tenía uno en vista. Me compré este:
Cerca de esa fecha, fui a la tienda donde compro el canevá, pero estaba cerrada por vacaciones :( Reabrían el 17 de febrero, pero yo recién pude ir hasta allá la semana pasada.
Así que decidí animarme, gracias al estímulo del libro, a probar cosas nuevas. Fui a una mercería en la que venden muchas cosas de bordado, dan clases, etc. La tenía vista desde hacía unos años, pero nunca había ido. Tienen unas cosas maravillosas y carísimas. El canevá que venden para tapicería (sólo venden penélope) es importado de Francia y cuesta $225 el metro. Inaccesible.
Finalmente resolví comprar algo bien barato para probar este tema del punto cruz. Me compré 25 centímetros (x 0.90 de ancho) de algo llamado Panabé. Es una tela tramada muy rígida. Parece hecha de cartón, debe de tener mucho mucho almidón.
Así que, por 6 pesos, me compré este tal Panabé. ¡¡Y bordé algunas cosas!! Tenía unos hilos de bordar medio berretas que me habían venido de regalo en una revista de punto cruz que compré en la terminal de Retiro una vez que estaba esperando a BoMo que llegara en micro de la costa. Aquí mis obras:

No hay comentarios:
Publicar un comentario